Tiempos modernos

Esta película, llamada Tiempos Modernos, está dirigida y protagonizada por Charles Chaplin. Fue relizada en 1936, después de la Gran Depresión que tuvo lugar en 1929. La película es una sátira y un crítica a la mecanización del trabajo, y al capitalismo, que llevan al hombre a la deshumanización, ya que todo se centra en las máquinas.

Esta parte de la película, como se puede ver, está muy relacionada con el tiempo, ya que éste está presente en todo momento. A lo largo de toda la película aparece innumerables veces la figura del reloj marcando una hora, tomando el tiempo una especial importancia.

Se puede ver como los trabajadores deben llegar puntual al trabajo, y como deben fichar y marcar la hora a la que entran de la fábrica y a la que salen. Esto se debe a que los quieren tener controlado en todo momento. Una vez en el trabajo, todo el tiempo está totalmente calculado; es algo muy rígido que no permite la holgazanería, que no da lugar a ningún tipo de improvisación, no permite la libertad a cada trabajador de ir a su propio ritmo. Ni siquiera hay tiempo para satisfacer algunas necesidades básicas, como comer. Las tareas que realizan son mecnicas, lo cual no da lugar a la creatividad o la imaginación de la persona. Con todo ello, lo que la empresa pretende es que se haga más en el menor tiempo posible, sin tener en cuenta las circunstancias personales o el bienestar de cada trabajador.

Esto mismo se puede aplicar a la escuela; se quiere que los niños aprendan todos al mismo ritmo, que aprendan, o mejor dicho, memoricen en el menor tiempo posible una gran cantidad de contenidos y conocimientos. Para ello, en la mayoría de las ocasiones se llevan a cabo actividades o tareas mecánicas, que no dan lugar al desarrollo de la imaginación o la creatividad del niño, ni a que comprendan de verdad lo que hacen. Se puede comparar la escuela con una fábrica, donde todo tiene que estar totalmente medido y controlado.